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Por primera vez desde la Marea Verde, el profesorado de Madrid se une en una huelga contra los recortes del PP

Una de las últimas protestas en Madrid de la Marea Verde, en septiembre de 2022.

Daniel Sánchez Caballero

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“Nunca ningún consejero había conseguido despertar tanto malestar en tanta gente en tan poco tiempo”. Esteban Álvarez, portavoz de Educación del Partido Socialista de Madrid y exrepresentante de la asociación de directores de Secundaria de la Comunidad de Madrid, explica en una frase la importancia y la transversalidad de la huelga general educativa convocada para este miércoles en la región.

Emilio Viciana lleva nueve meses en el cargo, en los que ha conseguido juntar las voluntades de colectivos muy diversos. Infantil, Primaria, Secundaria, sindicatos de izquierda, de derecha, de centro, mayoritarios, minoritarios, la asamblea de docentes de base Menos Lectivas... Todos están llamados a parar este miércoles. Aunque las organizaciones destacan que mantienen su autonomía, no se convocaba una huelga con tanto apoyo desde 2011, cuando la Marea Verde inundó las calles contra los recortes que el PP impuso a principios de la década pasada.

Una huelga que, de hecho, es heredera de aquellas movilizaciones y está motivada por decisiones tomadas entonces (recortes) y que más de diez años después no se han revertido en Madrid. Una huelga en la que ni siquiera se pretende realmente mejorar en términos absolutos: se pide volver a las condiciones que había antes de aquel fatídico (para los servicios sociales) 2011.

Las exigencias principales del profesorado son recuperar las horas lectivas –de docencia directa– que tenían entonces (18 en Secundaria y 23 en Primaria), un aumento salarial para alcanzar la media nacional (en la comunidad autónoma con el coste de vida más alto) y una reducción de la burocracia. Hay más, añaden desde Menos Lectivas: el fin de la segregación educativa, la reducción real y efectiva de las ratios de alumnos por clase, el aumento de recursos para la atención a la diversidad, y la construcción de nuevos centros públicos allí donde hay demanda son algunas de las principales.

“Ya no es una cuestión de sus derechos”, tercia María Pastor, responsable de Educación de Más País, “tiene que ver con la calidad educativa. Nos estamos jugando si nuestros hijos van a tener la educación que merecen, si tendrán el tiempo y los recursos que necesitan o si solo quien se pueda pagar los apoyos saldrá adelante”.

Dos minutos semanales por alumno

Las horas lectivas son la principal batalla. Bajar de las 20 actuales en Secundaria a las 18 en Secundaria y de 25 a 23 en Primaria. Los convocantes aseguran que la Comunidad de Madrid es la única que aún mantiene en Secundaria el aumento que impuso el exministro José Ignacio Wert en 2011 y de las pocas que también conserva el de Primaria.

Los docentes quieren liberarse dos horas de clase directa para dedicarla a preparar docencia, atender al alumnado, a las familias, etc. Cada hora de clase ocupa al profesor más que esos 50 o 60 minutos: hay que prepararlas, corregir exámenes, trabajos... Álvarez, que antes de diputado regional fue director de un instituto durante años, explica que ahí, en esas horas de no clase, está precisamente la “atención individualizada” a la que tanto se alude en Educación y que sería responsable, según algunos estudios, de hasta el 25% del resultado de un alumno. “Un profesor típico, con unos 180 alumnos a su cargo dispone de dos minutos a la semana por alumno para atender dudas, correos electrónicos, etc”, ilustra.

Hace 13 años se echó de la enseñanza pública en Madrid a más de 13.000 profesores que no han vuelto

“Llevamos 13 años en estas condiciones, más de un tercio de los docentes actuales no han trabajado nunca con las anteriores. Es el momento de pelear esta cuestión”, explican desde CGT Enseñanza Madrid. “Hace 13 años se echó de la enseñanza pública en Madrid a más de 13.000 profesores que no han vuelto”, recuerdan desde CNT. Y rebajar las horas lectivas forzaría la contratación de entre 5.000 y 6.000 docentes, recuerdan desde la Asamblea. También podría servir para reducir las ratios de alumnos por clase, actualmente “desmesuradas” y que impiden “atender de manera individualizada al alumnado”.

También se pelea por una mejora salarial. Los docentes madrileños están entre los peor remunerados de España, tanto cuando acceden a la profesión como según avanzan los años, según constató un estudio comparativo de UGT. Y esto sucede en la comunidad con el mayor coste de vida del país. Álvarez calcula que cumplir todas las peticiones del profesorado supondría un coste del 2,5% del presupuesto educativo, una cifra que cree muy asumible si se tiene en cuenta que esa partida ha subido este año un 12%.

113 haciendo el trabajo de más de 150

El claustro del IES Ramiro de Maeztu explicó en este diario los motivos concretos que les llevaban a secundar la huelga. “Los recortes supusieron la disminución de un claustro que tenía más de 150 docentes a los 113 actuales. En la práctica, 113 profesores estamos haciendo el mismo trabajo que antes realizaban más de 150. [...] Este aumento de la carga laboral no solo repercute en nuestra salud y en nuestro bienestar, también afecta a la calidad del trabajo que realizamos, ya que es muy difícil atender todas las necesidades educativas que se presentan cuando se deterioran las condiciones de los que trabajamos en los servicios públicos [...]. Una de nuestras principales peticiones es la reducción del número de alumnos que tenemos en las aulas. Se trata de una reivindicación fundamental para mejorar la calidad de la enseñanza y para hacer frente a la diversidad del alumnado. Los efectos positivos de esta medida están acreditados por investigaciones académicas”, relatan. La carta sigue y sigue.

A la huelga unitaria se ha acabado llegando casi por empeño de la Comunidad de Madrid. Los sindicatos con menos representación, que no están presentes en la mesa donde se negocia con el Gobierno regional (CGT, STEM, CNT) ya convocaron tres días de huelga hace unas semanas con el apoyo de la plataforma de docentes Menos Lectivas, unas jornadas que los mayoritarios (CCOO, UGT, ANPE y CSIF) no secundaron bajo el argumento de que estaban en plenas negociaciones y atisbaban un acuerdo.

Pero pocos días después la negociación saltó por los aires. Los sindicatos denunciaron la “ruptura unilateral por parte del Gobierno regional” de la negociación de un acuerdo sectorial porque, según su versión, el consejero Viciana retiró la propuesta verbal que había realizado en diciembre y el profesorado se quedó sin la reducción de horas prometida. Ahí se rompió una mesa negociadora y la Comunidad contribuyó a que organizaciones tan dispares como CGT o CNT y CSIF o ANPE remaran por la misma causa. Hoy se miden las ganas de reivindicación del profesorado. El próximo día 21, segundo asalto.

*La pieza ha sido editada a las 9.14 para corregir la fecha de la segunda jornada de huelga, que es el día 21 de mayo y no el 22 como erróneamente ponía.

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