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Sobre este blog

Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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El Eje del Mal

Javier Gallego

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Este fin de semana se han reunido en Madrid los nuevos fascistas del mundo. El Eje del Mal. No son otra cosa. No usemos las etiquetas que utilizan para esconderse. No son libertarios, ni mucho menos liberales, ni siquiera solo neoliberales: son la nueva cara del viejo fascismo, una mezcla diversa y confusa de ultracapitalistas, ultranacionalistas y ultras religiosos decididos a imponer su ideología a la fuerza y eliminar toda disidencia. Quieren destruir la democracia y hacerlo con las armas de la propia democracia. Repetir lo que consiguieron hace exactamente un siglo los nazis en Alemania. Llegar al poder por vías democráticas para después cerrarlas. No son invenciones ni exageraciones, estamos hartos de verlo, basta de ceguera, de tibieza. Está en el intento de golpe de Trump, en la llamada de Bannon a dar un golpe contra Lula, en el negacionismo del sistema electoral y de los crímenes de las dictaduras fascistas, en el señalamiento del rival que termina con un intento de magnicidio en Argentina o con un muñeco del presidente colgado y quemado en una plaza pública, como ha ocurrido en España. 

En nuestro país han querido hacer una nueva demostración de fuerza, de desprecio al contrario, de prepotencia, convocados por Vox a un cónclave en el que se ha citado a dios como argumento porque dios nunca se equivoca. En Madrid se han reunido los que están contra la protección de los trabajadores y los derechos de las minorías, los que atacan los avances feministas, los que niegan el cambio climático y la violencia de género, los que dicen que la justicia social es comunismo (aunque es una de las bases de las democracias modernas), algunos de los dirigentes más clasistas, homófobos, xenófobos y machistas del planeta: Marine Le Pen, Giorgia Meloni, Viktor Orban, el pinochetista José Antonio Kast, que prometía indultar a los criminales de la dictadura chilena, o el ministro israelí de la diáspora, Amichai Chikli, que defiende el genocidio en Gaza... 

Entre ellos, también Milei, que ha iniciado el desmantelamiento del Estado social en Argentina, recortando prestaciones, jubilaciones, sueldos de funcionarios e inversión pública. Así ha conseguido gastar menos de lo que ingresa, evidentemente, pero a costa de hundir un 19% el salario del trabajador medio, un 25% las ventas de los minoristas y un 11% las de los mayoristas, conduciendo el país al abismo de la estanflación, el consumo detenido y la inflación disparada. Milei ha llamado “corrupta” a la mujer del presidente Sánchez basándose en los bulos que difunde la ultraderecha. No se ha reunido con el presidente, a quien no piensa pedir disculpas, pero sí con los empresarios españoles que le han legitimado con una foto para la vergüenza. Cómo iban a faltar a la cita con el demente que quiere destruir el Estado social, la protección de los trabajadores, la justicia redistributiva y la democracia liberal misma. Los tiburones acuden al olor de la sangre. Han ido a ver qué les cae.